La Península ibérica es la zona con mayor extensión de cultivo de olivar a nivel mundial, la producción y el rendimiento se basa en las condiciones climáticas, la fertilidad del terreno y la floración anual.
En una explotación agrícola de cultivo del olivar en secano, los tratamientos y técnicas a utilizar son diferentes a otros sistemas de producción, puesto que depende en mayor medida de los factores medioambientales y el propio entorno.
Técnicas del cultivo del olivo en secano
El hecho de carecer reservas de agua o de un sistema de riego no debe afectar en tanto en cuanto, se realicen técnicas, trucos o prácticas para un uso efectivo del agua de las precipitaciones y que esta penetre correctamente en el suelo.
Uno de los aspectos fundamentales es evitar la escorrentía, es decir, que se formen cauces y escurrimientos de agua entre cultivos. Para ello se debe realizar diferentes acciones y siguientes consejos:
- Prevenir la compactación del suelo
- Controlar el tránsito de maquinaria o no circular con ella, mientras el suelo continúe mojado, puesto que compacta el terreno
- En el momento que se deba de realizar trabajos con maquinaria, es aconsejable que las ruedas sean de baja presión con la finalidad de facilitar la filtración del agua a capas inferiores
- Tener una vegetación entre calles que no hagan una competencia a la hora de necesidades vegetales; en el caso del olivar como las plantas silvestres, tréboles o bena berza.
- El manejo del suelo y las buenas prácticas agrícolas en cuanto a las actividades del trabajo que se realizan en el propio suelo.
- Evitar que el terreno cree fendas que permitan que la humedad se evapore.
Mejorar el rendimiento del cultivo del olivo en secano
Aquellas explotaciones agrícolas que no disponen de un sistema de riego, las producciones son inferiores y el año en el que consigue la producción máxima es más tarde.
En el caso del intensivo, la primera recolección es entre los primeros 4 o 5 años de plantación, mientras que en el seto es entre 2-3 años. El máximo productivo, en intensivo, vendrá aproximadamente al año 9 mientras que en seto es al año 4. Además de esta precocidad de entrada en producción, el olivar en seto tiene una recolección mecanizada, lo que es una gran ventaja tanto económica como operacional.
Uno de los elementos para tener en cuenta en un cultivo en secano, ya sea en copa o en seto, es la aplicación de los fertilizantes y abonados correspondientes en el momento necesario. Aplicar fósforo, potasio o nitrógeno y así aprovechar las lluvias primaverales aportará al suelo macroelementos que el olivar necesita.
Además, es recomendable realizar un análisis foliar y del suelo para conocer el estado nutricional del olivar y la cantidad de abono que necesitamos aplicar para reponer los nutrientes a niveles óptimos.
En De Prado Plantaciones apostamos por el conocimiento del terreno, el manejo del suelo, así como las necesidades de la planta que pueda llegar a tener. Todas estas actividades inciden directamente en la rentabilidad, y eso es lo que buscamos para nuestros clientes.